Homo signorum o El hombre anatómico, u Hombre zodiacal, iluminado por los hermanos Limbourg; patrocinado por el duque Juan I de Berry. Palacio museo de Chantilly, Chantilly, Francia.
La astrología, en su acepción más amplia, es un conjunto de tradiciones y creencias que sostienen que es posible reconocer o construir un significado de los eventos celestes y de las constelaciones, basándose en la interpretación de su correlación con los sucesos terrenales; este paralelismo es usado como método de adivinación.1 Además de la astrología occidental, la astrología china y la hindúa o védica también se han vuelto populares en Europa y América;Se ha demostrado que todas ellas carecen de validez científica o capacidad explicativa y son consideradas como pseudocientíficas.
La astrología occidental tiene sus orígenes durante los tiempos precristianos en Babilonia y en el antiguo Egipto.En la astrología moderna occidental son reconocibles las bases y principios de interpretación así como también los cálculos, que son heredados de la astrología helenística que a su vez los heredó de la grecoegipcia Alejandría. Es a partir de ese entonces que surge la astronomía como un sistema de observación y detección matemática del cielo libre de interpretaciones, manteniéndose durante mucho tiempo como una ciencia auxiliar de la astrología.
La astrología tiene en Europa una historia accidentada. Fue atacada y marginada después de la elevación del cristianismo como la religión de estado del imperio romano. Pero en las postrimerías de la Edad Media recuperó su reputación, y desde el Renacimiento hasta el siglo xvii d. C., era aceptada como una ciencia. Sin embargo y a raíz de la Ilustración, perdió credibilidad entre los académicos. Desde 1900 surgió un nuevo interés en la astrología y desde 1960, gracias al movimiento de la nueva era que apareció en el hemisferio occidental, ella recuperó su popularidad.7
La ciencia moderna estudia a la astrología actual desde la perspectiva de las ciencias de la religión y de la historia cultural.Se han llevado a cabo estudios empíricos para llegar a la conclusión de que las interpretaciones de la personalidad hechas desde la astrología son estadísticamente insignificantes y que los mismos resultados pueden ser obtenidos por azar.
La palabra astrología proviene del latín astrologĭa /astrologuía/ y esta del griego ἀστρολογία /astrologuía/.Está compuesta por las palabras άστρον /ástron/ ‘estrellas’, que a su vez viene de ἀστῆρ /astḗr/ ‘estrella’, ‘constelación’, y λόγος /lógos/ ‘compendio’, ‘tratado’, ‘discurso’; en este caso su significado se relaciona más con «discurso», pues λογία /loguía/ es un sufijo que denota, en general, disciplina o material de enseñanza.
El lexema ἀστῆρ /astḗr/ está vinculado con las raíces protoindoeuropeas *ster~/*~stel (sust.) ‘estrella’ presente en la palabra castiza «estrella» que llega desde la latina «stella». También puede vérsele en: astronomía, asteroide, asterisco, desastre, desastroso y muchas otras.
El lexema ~λογία /logíā/ viene de λόγος /lógos/ ‘palabra’, ‘expresión’ y está vinculado a la raíz indoeuropea *leg~ ‘coger’, ‘escoger’, más el lexema ~ία /~íā/ ‘acción’, ‘cualidad’. Este vocablo pasó a significar «discurso» y después «tratado» y «ciencia». Puede vérsela en: biología, cardiología, dermatología, enología, meteorología, metodología y muchas más.12
Etimológicamente hablando la astrología es «el discurso sobre las estrellas», que se centra en mayor medida en el sol, la luna y los planetas del sistema solar y, en menor medida, en las estrellas; como por ejemplo: Espiga, Antares y Regulus, y en galaxias como Andrómeda.
El observatorio Caracol en la antigua ciudad de Chichén Itzá en México. Una escalera de caracol situada en el interior, y que semeja una especie de caparazón, conduce a distintas ventanas que se encuentran orientadas hacia la posición que ocupan los distintos planetas del firmamento en diferentes épocas del año.
Muchas culturas, como la hindú, la china, la maya y otras más, le han atribuido importancia a los eventos astronómicos por lo que desarrollaron elaborados sistemas para predecir los eventos terrestres basándose en las observaciones de la bóveda celeste. En Occidente, la astrología muy a menudo consiste en un sistema de horóscopos —diagrama que representa al cielo al momento de algún evento—, y en la interpretación o lectura de la carta astral —gráfico que representa al firmamento al momento del nacimiento de una persona—, lo que les permite a la mayoría de astrólogos de oficio comprender el pasado, conocer el presente y predecir el futuro,13 buscando así explicar las características de la personalidad de un individuo basándose en las posiciones del sol, la luna y otros cuerpos celestes.
Se estima que la astrología existe desde por lo menos el segundo milenio antes de nuestra era y sus raíces parecen ser los calendarios agrícolas que se utilizaban para predecir los cambios estacionales y para interpretar los ciclos celestes como señales de comunicación divina.14 Una forma de astrología se practicaba durante la primera dinastía mesopotámica (1950-1651 a. C). La astrología china se desarrolló durante la dinastía Zhou (1046-256 a. C). Después del 332 a. C. la astrología helenística se mezcló con la astrología decánica de origen egipcio, concretamente de Alejandría, creando lo que se conoce como el horóscopo astrológico. La conquista de Asia Menor por Alejandro Magno permitió la propagación de la astrología a las antiguas Grecia y Roma. En esta última, la astrología fue asociada con la «sabiduría caldea». Después de la conquista de Alejandría por parte de los musulmanes, en el siglo vii d. C., la astrología fue estudiada por los eruditos islámicos quienes tradujeron los textos helenísticos al árabe preclásico y al persa medio. Durante el siglo xii d. C. los textos árabes fueron importados a Europa y traducidos al latín, lo que ayudó a iniciar el Renacimiento europeo cuando los principales astrónomos como Galileo Galilei (1564-1642), Tycho Brahe (1546-1601) y Johannes Kepler (1571-1630); fungían como astrólogos de las respectivas cortes reales de sus países. En la literatura renacentista aparecen referencias astrológicas en las obras de poetas como Dante Alighieri (1265-1321) y Geoffrey Chaucer (1343-1400) y de dramaturgos como Lope de Vega (1562-1635), Christopher Marlowe (1564-1593), William Shakespeare (1564-1616) y Pedro Calderón de la Barca (1600-1681).
A lo largo de su historia, la astrología fue aceptada en los contextos políticos y académicos como una tradición erudita y era parte integral de otros estudios como la astronomía, la alquimia, la meteorología y la medicina.15 Hacia el final del siglo xvii d. C., nuevos conceptos como el heliocentrismo de la astronomía y la mecánica newtoniana de la física, pusieron en duda los fundamentos de la astrología, logrando con ello que la misma perdiese su posición académica y teórica, y por esto la creencia común en ella se ha ido reduciendo en gran medida.
Antigüedad[editar]
Parte superior de una tablilla de arcilla, faltan el principio del anverso y el final del reverso. Contiene pronósticos astrológicos. Es copia de la llamada Tablilla de Venus de Ammisaduqa, del periodo neoasirio. Museo británico.
La astrología, en su acepción más amplia, es la búsqueda de la lógica o el sentido del cielo.Las primeras evidencias de esta búsqueda datan desde hace 25 000 años y consisten en marcas en huesos y en paredes de cuevas, que demuestran que los ciclos lunares habían sido estudiados por los seres humanos en un intento consciente para medir, registrar y predecir los cambios estacionales. Este fue el primer paso para registrar la influencia de la luna sobre las mareas y los ríos; y un primer paso para la creación de un calendario común a estos dos tipos de influencias. Los problemas agrícolas se resolvieron con el aumento de los conocimientos de los momentos en los que las constelaciones aparecen durante las diferentes estaciones del año, lo que permitió relacionar la presentación en el cielo de ciertos grupos de estrellas con las inundaciones anuales o los momentos estacionales propicios para ciertas actividades. Ya para el tercer milenio antes de Cristo, varias civilizaciones tenían un sofisticado conocimiento de los ciclos celestes que usaron para orientar los templos de tal manera que quedasen alineados con el orto helíaco de las estrellas.
Hay evidencias dispersas que sugieren que las inmemoriales y conocidas referencias astrológicas son copias de textos aún más ancestrales escritos durante la antigüedad. Existen reportes realizados durante el reinado del rey Sargón I de Acad (2334-2279 a. C.) que dicen que la Tablilla de Venus de Ammisaduqa fue recopilada en Babilonia aproximadamente en el año 1700 a. C. Una serie de rollos, los textos de los tiempos del Antiguo Testamento (alemán: Texte aus der umwelt des Alten Testaments), documenta el uso temprano de la astrología electiva, dubitativamente atribuido al gobierno de Gudea de Lagash (c. 2144-2124 a. C.), en el que se describe cómo los dioses le revelaron en sueños cuáles constelaciones le serían más favorables para construir su planeado templo. Sin embargo, existe controversia sobre si realmente estos rollos registran fielmente los hechos o si simplemente fueron atribuidos a esos gobernantes en épocas posteriores. La evidencia más remota e indiscutible del uso de la astrología como un sistema integrado de conocimiento es, por lo tanto, la que se le atribuye a los registros de la primera dinastía mesopotámica (1950-1651 a. C). Esta astrología tenía cierto paralelismo con la helenística —conocida hoy como astrología occidental—, incluyendo al zodiaco, un punto vernal cerca a los 9° de Aries, el aspecto trígono, las exaltaciones planetarias y las doce divisiones de 30° cada una (dodecatemoria).24 No obstante, los babilonios consideraron a los eventos celestes como posibles señales más que como causas de eventos físicos.24
El sistema astrológico chino fue confeccionado durante la dinastía Zhou (1046-256 a. C.) y prosperó durante la dinastía Han (siglos ii a. C. al ii d. C). En este sistema todos los elementos conocidos en la tradición china: la doctrina del yin y el yang, la teoría de los cinco elementos, el Cielo y la Tierra, la moral confuciana; fueron unidos para formalizar los principios filosóficos de la medicina tradicional china, el feng shui, que en la antigua china era una especie de geomancia, la astrología y la alquimia chinas.
Egipto helenístico[editar]
El zodiaco de Dendera, eclipse solar del 7 de marzo del 51 a. C. Museo del Louvre; París, Francia.
Tras la ocupación de Alejandro Magno en el 332 a. C., la cultura en Egipto pasó a ser helenística. Tras su conquista este funda la ciudad de Alejandría, convirtiéndose en el lugar en donde la astrología babilónica se mezcló con la astrología decánica egipcia y generó la astrología horoscópica. Esta última abarcaba al zodiaco babilónico con su sistema de exaltaciones planetarias, a las triplicidades de los signos y a la importancia de los eclipses. Se utilizó el concepto egipcio de dividir el zodiaco en treinta y seis decanatos de diez grados cada uno, con énfasis en el decanato ascendente y el sistema griego de los dioses planetarios, signo solar y los cuatro elementos.26 Los textos del siglo ii a. C. predecían las posiciones de los planetas en los signos del zodiaco en el momento de la salida de algunos decanatos, particularmente Sotis,27 diosa de la estrella Sirius. El Tetrabiblos, obra del astrólogo, astrónomo, químico, geógrafo y matemático Claudio Ptolomeo (90 o 100-168 o 170 a. C) quien vivió en Alejandría; se configuró como la base de la astrología occidental y fue considerada obra de referencia entre los escritores astrológicos durante más de mil años.28 Durante el siglo i a. C. el zodiaco de Dendera compartió con la astrología babilónica dos signos: Libra y Escorpio. En el 525 a. C., Egipto fue conquistado por los persas.
Grecia y Roma[editar]
Augusto emperador de la antigua Roma. El césar Augusto era capricorniano. Tanto confiaba en la astrología que publicó su horóscopo e hizo acuñar monedas de plata y oro con la representación de su signo zodiacal.
La conquista de Asia Menor por Alejandro Magno, expuso a los griegos a las ideas provenientes de Siria, Babilonia, Persia y Asia Central. Alrededor del 280 a. C., Beroso el Caldeo, sacerdote de Bel en Babilonia, se trasladó a la isla griega de Cos para enseñar la astrología de la cultura babilónica.31 Para el siglo i a. C., existían dos variedades de astrología; la que usaba horóscopos para describir el pasado, presente y futuro; y la astrología teúrgica que hacía hincapié en la ascensión del alma hacia las estrellas.32 La influencia griega cumplió una función crucial en la transmisión de la teoría astrológica a Roma.
La primera referencia clara sobre la astrología en Roma, viene del orador Catón el Viejo (234-149 a. C.), quien en el 160 a. C. advirtió a los capataces agrícolas de no consultar a los caldeos a quienes describió como los «observadores de estrellas». Babilonia —conocida también como Caldea— fue tan identificada con la astrología que entre los griegos y los romanos la expresión «sabiduría caldea» se convirtió en sinónimo de adivinación mediante la observación de los planetas y las estrellas.
El De divinatione de Cicerón (44 BCE), que rechaza la astrología y otras técnicas supuestamente adivinatorias, es una rica fuente histórica para conocer la concepción de la cientificidad en la antigüedad romana clásica.
El poeta y satírico romano Décimo Junio Juvenal del siglo ii d. C., se quejó de la permanente influencia de los caldeos, diciendo «[…] Pero en los caldeos será mayor la confianza: todo cuanto diga un astrólogo creerán que ha sido traído de la fuente de Ammón, […]».
Uno de los primeros astrólogos que llevó la astrología hermética a Roma fue el gramático de la lengua griega, de la lengua egipcia y comentarista literario egipcio Trasilo de Mendes (c. Segunda mitad del siglo i a. C.-Primera mitad del siglo i d. C.), astrólogo del emperador Tiberio (42 a. C.-37 d. C.), quien fue el primero en tener un astrólogo en su corte, aunque su predecesor el césar Augusto (63 a. C.-14 d. C.) se apoyó en la astrología para legitimar sus derechos imperiales.
Objeciones en la antigüedad[editar]
Primera edición en griego del Tetrabiblos de Ptolomeo, publicada en Núremberg, Baviera, Alemania en 1535. En la foto la primera página del primer capítulo.
El jurista, político, filósofo, escritor y orador Cicerón (106-43 a. C.) postuló la objeción de los gemelos, los cuales nacen con poca diferencia de tiempo pero sus personalidades pueden ser muy diferentes. Este postulado fue desarrollado más tarde por San Agustín.41 Cicerón sostuvo que, la influencia de los planetas que están más allá de la Luna podrían tener solo una pequeñísima influencia en la Tierra en comparación con su satélite.42 También argumentó que si la astrología explica todo sobre el destino de una persona, entonces se omite, erróneamente, el visible efecto de las capacidades heredadas y la crianza de los hijos sobre el destino de los individuos; los cambios en la salud gracias a las medicinas o los efectos del clima en las personas.43
El filósofo griego sofista Favorino (80-160) argumentó que era absurdo imaginar que las estrellas y los planetas afectan a los cuerpos humanos de la misma forma en que afectan a las mareas,44 y es igualmente absurdo que pequeños movimientos en los cielos ocasionen grandes cambios en el destino de las personas. El médico y filósofo griego del escepticismo pirroniano Sexto Empírico (c.160-c.210) arguyó que era absurdo vincular atributos humanos con los mitos sobre los signos del zodiaco. El filósofo y orador griego Carnéades (c. 214-c. 129 a. C.) alegó que la creencia en el destino niega el libre albedrío y la moral; que las personas nacidas en diferentes momentos pueden morir todas en el mismo accidente o batalla; y que, contrariamente a las uniformes influencias de las estrellas, tribus y culturas son todas diferentes.
El filósfo griego neoplátonico Plotino (205-270) planteó que, ya que las estrellas fijas son mucho más distantes que los planetas, es risible imaginar que el efecto de los planetas sobre la humanidad deba depender de su posición con respecto al zodiaco. También sostuvo que es falsa la interpretación que afirma que las conjunciones de la Luna con los planetas, sean tan benéficas como llena esté la Luna, y maléficas como menguante esté; según Plotino esto es evidentemente falso, pues desde el punto de vista de la Luna, la mitad de su superficie siempre estará iluminada por la luz solar. Debido a la perspectiva desde la Tierra, menguante debería ser mejor, pues la Tierra recibe algo de luz de Luna, pero cuando desde nuestra perspectiva ella está llena, la faz que mira a la Tierra está oscura, por lo tanto debería ser malo.
Los principales textos sobre los que se basa la astrología clásica de la India son las primeras recopilaciones medievales, especialmente la Brihat Parashara Hora Sastra (AITS: Bṛhat Parāśara Horā Śāstra) y la Saravali (AITS: Sārāvalī), esta última fue escrita por Kalyanavarman (AITS: Kalyāṇavarman). La Hora Sastra es una obra compuesta de 71 capítulos, de los cuales la primera parte, capítulos 1 a 51, data entre el siglo vi d. C. hasta principios del vii d. C.; y la segunda parte, capítulos 52 a 71, data del siglo viii d. C. en adelante. Igualmente la Saravali puede fecharse alrededor del año 800 d. C.48 Las traducciones al inglés de estos textos fueron publicadas por N. N. Krishna Rau y V. B. Choudhari en 1963 y 1961, respectivamente.
Tras la conquista de Alejandría por los árabes en el siglo vii d. C. y la fundación del califato abasí en siglo viii d. C., la astrología fue estudiada por los eruditos árabes. El segundo califa abasí Al-Mansur (712-775), fundó la ciudad de Bagdad para que fuese un centro de aprendizaje, incluyendo en su diseño una biblioteca de traducciones que fue conocida como la «Casa de la sabiduría» (en árabe en árabe, بيت الحكمة /Bayt al-Hikmah/), que fue la encargada de seguir desarrollando la herencia cultural y promovió ampliamente la traducción de los textos astrológicos helenísticos al árabe preclásico y al persa medio. Los primeros traductores incluyen a Mashallah ibn Athari, que ayudó a elegir el momento propicio para la fundación de Bagdad,49 y a Sahl ibn Bishr, también conocido como «Zael», cuyos textos tuvieron directa influencia sobre los astrólogos europeos posteriores como Guido Bonatti del siglo xiii d. C. y William Lilly del siglo xvii d. C..50 Los conocimientos habidos en los textos árabes, llegaron a Europa gracias a las traducciones al latín en el siglo xii d. C.. Estos saberes fueron uno de los impulsores del Renacimiento europeo.
Europa
El primer libro astrológico publicado en Europa fue el Liber Mundi Planetis et Climatibus (Libro de los planetas y regiones del mundo), que apareció entre el 1010 y el 1027, y que pudo haber sido escrito por Gerberto de Aurillac (c. 945-1003), papa Silvestre II.51 El Tetrabiblos de Claudio Ptolomeo fue traducido al latín por Platón de Tívoli en 1138.51 El teólogo dominico Tomás de Aquino (1224 o 1225-1274) siguió la propuesta aristotélica de que las estrellas gobiernan el imperfecto cuerpo «sublunar», en un intento por conciliar la astrología con el cristianismo que afirmaba que Dios gobierna el alma.52 Se dice que el matemático, astrónomo, astrólogo y médico italiano del siglo xiii d. C., Campano de Novara (1220-1296), fue quien ideó el sistema de las casas astrológicas que divide la prima vertical en «casas», todas ellas en arcos iguales de 30°,53 aunque este sistema ya estaba siendo utilizado en el Oriente.54 El astrónomo del siglo xiii d. C. Guido Bonatti escribió el Liber Astronomicus (Libro astronómico), del cual Enrique VII de Inglaterra era propietario de una copia hacia finales del siglo xv d. C..53
En la cántica del Paraíso, que es la parte final del poema medieval la Divina Comedia, el poeta italiano Dante Alighieri hace referencia a los planetas astrológicos con lujo de detalles,55 aunque adaptando la astrología tradicional a su punto de vista del cristianismo. Por ejemplo: usa el pensamiento astrológico en sus profecías sobre la reforma a la cristiandad.56
Objeciones medievales
Rodolphi Goclenii Iun D. Aula Isenburgic de medicina ordinaria (1603). Horóscopo; xilografía sobre papel; fototeca alemana, Dresde, Sajonia, Alemania.
En el siglo vii d. C., Isidoro de Sevilla (c.556-636) en su Etimologías (Etymologiae u Originum sive etymologiarum libri viginti) sostuvo que la astronomía describe los movimientos de los cielos, mientras que la astrología tenía dos partes: una era científica, que describe los movimientos del Sol, la Luna y las estrellas; y la otra que hace predicciones es teológicamente errónea.5758 En contraste, en el siglo xiv d. C. John Gower (1330-1408) definió a la astrología como esencialmente limitada a la elaboración de predicciones.5759 La influencia de los astros estaba dividida a su vez en astrología natural, por ejemplo: los efectos en las mareas y el crecimiento de las plantas, y la astrología judiciaria, con sus predicciones de los supuestos efectos en las personas.6061 No obstante, el escéptico del siglo xiv d. C. Nicolás Oresme (c. 1323-1382), incluyó la astronomía como parte de la astrología en su Livre de divinacions (Libro de adivinaciones).62 Oresme sostuvo que los enfoques de su época sobre la predicción de plagas, guerras y sobre el clima, eran inadecuados, pero que tales predicciones eran un campo válido de investigación. Sin embargo, atacó el uso de la astrología para elegir el momento de las acciones —la llamada astrología judiciaria— como totalmente falsa, y rechazó que la acción humana esté sujeta a la determinación de las estrellas debido a la existencia de la libre voluntad.6263 El fraile Laurens Pignon (c. 1368-1449)64 rechazó asimismo todas las formas de adivinación y determinismo, incluyendo el astral, en su obra Contre les devineurs (En contra de los adivinadores; 1411).65 Esto estaba en oposición a la tradición llevada por el astrónomo árabe Albumasar (787-886) cuyas obras Introductorium in astronomian (Introducción a la astronomía) y De magnis coniunctionibus (Sobre la gran conjunción), sostenían el enfoque de que tanto las acciones individuales como la historia a gran escala son determinadas por las estrellas.66
Renacimiento
Varios eruditos del Renacimiento practicaorn la astrología para reyes y nobles, a los que principalmente daban consejos médicos y políticos.67 Gerolamo Cardano (1501-1576) levantó el horóscopo del rey Eduardo VI de Inglaterra (1537-1553); a su vez John Dee (1527-1608 o 1609) fue el astrólogo personal de Isabel I de Inglaterra (1533-1603). En 1566, Catalina de Médici (1519-1589) le pagó a Nostradamus (1503-1566) para que verificase la predicción hecha por su consultor astrológico el obispo Luca Gaurico (1475-1558), sobre la muerte de su esposo el rey Enrique II de Francia (1519-1559). Los principales astrónomos que fungían como astrólogos para las cortes reales incluyen a Tycho Brahe (1546-1601) para la corte real de Dinamarca, Johannes Kepler (1571-1630) para los Habsburgo y Galileo Galilei (1564-1642) para los Médici. El astrónomo y astrólogo espiritual Giordano Bruno (1548-1600) fue quemado en la hoguera en Roma en 1600 acusado de herejía;68 el fundamento procesal se basó en varios puntos, entre los que se encuentran: «Decir que existen múltiples mundos; tener opiniones favorables sobre la metempsicosis y sobre la transmigración del espíritu en otros seres humanos después de la muerte; y por ocuparse en asuntos de magia y adivinación».69 La distinción entre astrología y astronomía no era completamente clara en este tiempo. Con frecuencia, los avances en astronomía se debían al deseo de mejorar la exactitud de la astrología.70
Durante la época isabelina en Inglaterra, fueron muy populares las efemérides, que contienen complejos cálculos astrológicos y astronómicos; y los almanaques, que interpretaban los acontecimientos celestes para su uso en medicina y para la elección de los momentos propicios para el sembradío.71 En 1597, el matemático y médico inglés Thomas Hood (1799-1845), fabricó un conjunto de instrumentos de papel que utilizó para superponer las órbitas de los cuerpos celestes, dichos instrumentos permitían a los estudiantes conocer las relaciones de las estrellas fijas o constelaciones con el medio cielo y las doce casas astrológicas.72 Las herramientas de Hood también ilustran, con fines pedagógicos, las relaciones entre los signos del zodiaco, los planetas y las partes del cuerpo humano que se creían gobernadas por planetas y signos.7273 Si bien, la presentación de Hood fue innovadora, su información astrológica era en gran medida la ya conocida, la cual fue o bien tomada del disco astrológico de Gerardus Mercator (1512-1594) que este último elaboró en 1551, o bien de una fuente utilizada por Mercator.7475
En Inglaterra la astrología alcanzó su cenit en el siglo xvii d. C..76 Los astrólogos eran los teóricos, los investigadores y los ingenieros de la sociedad, también daban asesoramiento personal a cada monarca. Entre otras cosas, estos aconsejaban sobre el mejor momento para hacer un viaje o recoger la cosecha, diagnosticaban enfermedades físicas o mentales y hacían prescripciones médicas; y predecían desastres naturales. Todo esto se sustentaba en un sistema en el que el Todo —la gente, el mundo, el universo— está interconectado. La astrología coexistió tranquilamente con la religión, la magia y la ciencia.77
Ilustración y Edad Moderna
La astrología fue considerada por los pensadores de la Ilustración como el ejemplo arquetípico de la superstición, la creencia en fuerzas ocultas y superiores.78 Para ellos, la lucha contra la astrología parecía ser una batalla general, así como un compromiso político con el secularismo y el racionalismo en contra del oscurantismo. Paradójicamente, los argumentos críticos contra la astrología parecen más retóricos que lógicos, utilizando principalmente argumentos polémicos79 o de autoridad,80 en lugar de un enfoque razonado.
Hacia finales del siglo xviii d. C., época del triunfo racionalista, es cuando se da el divorcio definitivo entre la astronomía y la astrología. El siglo xix d. C. es científico. En Francia, la astrología quedó limitada a círculos esotéricos clandestinos como espiritistas, cabalistas, teósofos y otros.81 En el Imperio británico, su estado evolucionó con el teósofo Alan Leo (1860-1917), quien realizó un análisis más categórico para las predicciones, basándose en que el carácter forja el destino.82 Por el contrario, un compilador inglés de almanaques, Richard Saunders, siguió el espíritu de la época e imprimió un irónico Discourse on the invalidity of astrology (Discuso sobre la invalidez de la astrología); mientras que en Francia el Diccionario de Pierre Bayle de 1967 sostenía que el tema era pueril.83
En el siglo xx d. C., la astrología pasó por un renacimiento popular como parte del espiritualismo y más tarde, como parte de la filosofía de la nueva era, y a través de almanaques, revistas y programas de radio y televisión.84 Las nuevas versiones incorporan afirmaciones sobre los valores simbólicos de los planetas que orbitan más allá de Saturno y de los asteroides, así como nuevas teorías, como la astrología estadística85 A principios de este siglo, la astrología reaparece en el campo científico a través de la psicología profunda desarrollada por Carl Gustav Jung (1875-1961),8687 durante su exploración de los símbolos antiguos, dijo descubrir, a pesar de todo, una fuerte relación entre la astrología y la psicología:
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